Nos remontamos a las cosechas, a la siembra en el campo, y es aquí donde se encuentra la causa.
Las heladas u olas de fríos afectan a las plantaciones, que dependiendo de la resistencia que cada fruto u hortaliza presente al frío, se verán más o menos afectadas.
Por ejemplo, la lechuga y la acelga son plantas que se reponen muy bien tras las heladas. En cambio, la patata es muy sensible y tras las temperaturas bajo cero no se pueden rescatar.
Muchas cosechas se pierden por éstas condiciones climatológicas tan adversas para la siembra en el campo.
Otra razón, es que el invierno y las bajas temperaturas de los países del Norte de Europa disminuyen su cultivo y aumentan su importación, surtiéndose de gran parte de la cosecha española.
Y por tanto, al haber menos oferta y una misma o mayor demanda de la fruta y la verdura su precio se encarece. Es por ésto, por lo que actualmente estamos teniendo unos precios algo más elevados tanto en la fruta como en la verdura nacional.
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